Las críticas al Gobierno protagonizan la gala de los Premios Max 2016
Los discursos que se oyeron anoche en la gala de los Premios Max, organizada por la SGAE, además de los agradecimientos de rigor, criticaron el 21% de IVA aprobado por el Ejecutivo, el trato a los refugiados o el arresto de los titiriteros. La danza fue el tema escogido para conducir la noche, aunque las actuaciones no brillaron por su papel dinamizador de la gala. Exceptuando la brillante, y corta, aparición de Miren Ibarguren.
A la gala, que TVE optó por emitir dos horas después de su celebración, acudieron, entre otras personalidades, el ministro de Educación, Cultura y Deporte, Íñigo Méndez de Vigo; la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes; y la alcaldesa de Madrid, Manuela Carmena, junto son su delegada de Cultura, Celia Mayer.
Sin duda, la obra triunfadora de la noche fue Pinoxxio, que se hizo con los galardones a Mejor Diseño de Vestuario, Mejor Bailarina y Bailarín Principal, Mejor Coreografía, Mejor Elenco, Mejor Espectáculo Familiar y Mejor Composición Musical. En total, siete premios de las nueve nominaciones que tenía. Sólo se le escaparon la Mejor Producción Privada que recayó en Antígona, Edipo Rey y Medea de Teatro de la Ciudad, S.L; y el Mejor Diseño de Espacio Escénico que se lo llevó Elisa Sanz, por La piedra oscura. Obra que se convirtió en la segunda protagonista de los Premios Max.
El drama de Alberto Conejero La piedra oscura, que trata sobre los últimos días de Rafael Rodríguez Rapún, último novio de Lorca, se hizo con cinco de los seis premios a los que aspiraba: Mejor Diseño de Espacio Escénico, Mejor Diseño de Iluminación, Mejor Autoría Teatral, Mejor Dirección de Escena y Mejor Espectáculo de Teatro.
En cuanto a los galardones en las categorías interpretativas, el premio a Mejor Actor Protagonista se lo llevó Pepe Viyuela por su papel en Rinoceronte, convirtiéndose en culpable de que La Piedra Oscura no hiciera pleno. Las palabras de Viyuela fueron contundentes acordándose de la detención de los titiriteros: “No entiendo una sociedad que persigue a los más débiles y los usa de chivos expiatorios”.
Aitana Sánchez Gijón, Premio Max 2016 a Mejor Actriz Protagonista por Medea, siguió los pasos de Viyuela e ironizó sobre la detención de los titiriteros diciendo que tuvo miedo de que durante las representaciones de su obra se levantaran dos policías y la arrestasen por “asesinar” a sus hijos.
Joaquín Notario, Mejor Actor de reparto por El alcalde de Zalamea, destacó la «gran aventura» de su profesión y manifestó su agradecimiento a Calderón de la Barca, cuyos «personajes maravillosos» le hacen «tocar el cielo». El premio de Mejor Actriz de Reparto fue para Julieta Serrano, que no pudo acudir a recoger su premio.
Herencias, titiriteros e IVA
Ana Luján, galardonada con el premio a Mejor Bailarina Principal por Pinoxxio, protagonizó el momento más reivindicativo de la gala, al pedir «diálogo y comunicación entre profesionales, instituciones y política» para «sudar y trabajar juntos olvidando nuestros egos». «Por nosotros y por quienes vienen detrás, la nueva generación. La herencia del puto PP [sic] es cruda, pero tenemos dos años», señaló.
Toni Aparisi recogió el premio a Mejor Bailarín Principal también por Pinoxxio y a continuación volvió al escenario para recoger el premio a la Mejor Coreografía, esta vez junto a Rosángeles Valls.
El presidente de la Fundación SGAE, Manuel Aguilar, después de anunciar la alarmante disminución tanto de la actividad como de la recaudación en el teatro, reivindicó una situación menos precaria para las mujeres autoras y creadores. También pidió ayuda para volver a conseguir el mismo porcentaje del PIB que la cultura tiene en Europa y señaló que para ello es necesario reducir el IVA del 21% que rige en España y que «no promueve estas condiciones».
Aguilar terminó señalando que «la incompatibilidad de la cobranza de la pensión jubilación y de los derechos de autor tampoco promueve esas condiciones», así como «tampoco ayuda».
Lola Herrera: Max de honor
La actriz Lola Herrera recogió el premio Max de Honor de manos de su hija, Natalia Dicenta, que destacó «el amor por el trabajo» de la actriz y su «curiosidad infinita». Herrera, emocionada, manifestó que este galardón le había «llenado de alegría» tras “un largo camino hasta llegar aquí, una carrera de fondo sin relevo».
«Hace muchos años, cuando empecé a trabajar en esta profesión, encontré algo que no sabía definir pero me provocaba sensaciones desconocidas hasta entonces y, con el tiempo, le puse un nombre: pasión, con mayúscula», contó Herrera, a la vez que confesaba que la noticia de este premio honorífico le llegó en un momento personal en el que se encontraba «especialmente vulnerable». «Me habéis hecho feliz» concluyó.